martes, 16 de noviembre de 2010

LA INSACIABLE AVARICIA

Desde hace mucho tiempo, lamentablemente, la avaricia ha sido uno de los pecados capitales de todos los seres humanos, en especial de unos cuantos que se han llevado siempre la palma. Son los mismos herederos de aquellos a los que un ser grandiosamente humilde, pero con un par, los echó del templo hace algo menos de dos mil años. Un esenio llamado Jesús, al que ellos no reconocieron y al que por cierto siguen esperando con un cierto desfase horario. El mismo desfase horario que impusieron al resto de la humanidad, con el calendario gregoriano, basado como no en fechas relativas a impuestos en lugar del calendario de las trece lunas, basado en la armonía de la conexión entre el planeta y todos sus hijos.
Por cierto, os recuerdo que todos los seres humanos compartimos este espléndido planeta, al que ellos con sus tejes y manejes, pretenden considerar suyo, igual que nos consideran sus esclavos. Claro está, hasta que digamos BASTA YA. Aunque como vais a ir viendo, creo que ese momento está aquí y hay muchos más seres humanos despiertos, que los que sufren del “síndrome del avestruz”.

De ahí su miedo, plasmado en su Talmud, hacia todos nosotros, los gentiles o simple carne, que es como nos llaman, en plan suave. También llaman putas a las mujeres gentiles y pequeñas putas a las niñas gentiles, pero eso es otro tema a tener en cuenta, que hoy no vamos a comentar.
Hoy vamos a hablar de las aberraciones de unas de sus formas de negocio y de destrucción más legalizadas: las corporaciones farmacéuticas, que mienten, hieren, dañan y matan con plena impunidad. Que se creen poseedoras de toda la herencia de salud, que la madre tierra nos regala a todos sus hijos de forma gratuita.

Que invaden los hospitales, los ambulatorios, rondando a sus presas: los médicos, y en especial, los que practican la prostitución, escondidos tras un estetoscopio y una blanca bata, igual que los mismos sepulcros blanqueados, a los que expulsó Jesús del Templo. Esos médicos, que se venden por comisiones, dinero, regalos, viajes etc. Esos mismos médicos, que juraron curar y evitar que los seres humanos enfermasen, y que en muchos casos, han sido financiados desde su carrera por los mismos laboratorios que ofrecen unos productos dañinos, con una cantidad de efectos secundarios tan o más perjudiciales, que los síntomas que pretenden “solucionar”, a costa de la salud de los más inocentes. Los mismos laboratorios farmacéuticos que en conjunción con esa espeluznante tipología médica, inventa síndromes y enfermedades, donde solo hay comportamientos humanes y naturales, convirtiéndolos en “síndromes de falta de atención con hiperactividad”, por ejemplo, para atiborrar a niños pequeños con drogas infames o que permiten la fumigación a través de los chemtrails, de virus, bacterias, metales pesados y otros elementos tan sumamente espeluznantes, como surrealistas e infames.
Las últimas estrategias, que ahora pretenden esa ralea de personajes sin escrúpulos, es la de eliminar medicinas alternativas como la homeopatía, creada y desarrollada por un médico honesto, igual que casi todas las medicinas alternativas, que también fueron creadas y desarrolladas por médicos alópatas honestos y vocacionales, entregados en cuerpo y alma a su profesión: la de sanar y evitar que el ser humano enfermase, atendiendo al principio sagrado hipocrático de “ NO EXISTE LA ENFERMEDAD, SINO EL ENFERMO”. Del mismo Hipócrates que promulgaba que “Tu medicamento sea tu alimento” y que ahora viviría una pesadilla, viendo lo que está sucediendo con los alimentos transgénicos, manipulados y aprobados, por consejos en los que esos médicos que han jurado sus principios actúan por dinero, avaricia y poder.

Esas corporaciones farmacéuticas, quieren cargarse la Fitoterapia, las hierbas medicinales de toda la vida y prohibir su venta, reduciéndola a cuatro plantas desapercibidas, manipuladas e intoxicadas, de venta en sus centros de distribución masiva o farmacias. Han creado una legislación, con la aprobación de los mismos gobiernos que sirven a los señores de la avaricia, trece familias en el mundo, propietarios de todas las corporaciones que se reducen a una sola, y cuyo objetivo es la de absorber toda riqueza, todo poder y por supuesto toda vida, como si fueran de su propiedad. Esa ley tendrá vigor a partir del 1 de abril del 2011. Desde aquí os invito a que emitáis vuestra protesta, haciéndoos vuestro propio huerto urbano o agreste, por supuesto con plantas medicinales que os vayan bien. Que sigáis el ejemplo de Josep Pamies y que os proveáis de toda la farmacia natural que preciséis, que al contrario de las drogas que os dan, no tiene ni sus contraindicaciones ni su ponzoña.
Vivír desde la salud, empieza por vosotros mismos.
www.dolçarevolució.cat

Sgael

No hay comentarios:

Publicar un comentario